top of page
  • Sara Castañón

Viajar sin viajar: el arte de redescubrir tu ciudad

Vivir durante años en una misma ciudad, sobre todo si es desde nuestra infancia y adolescencia, nos envuelve en la vida diaria, la rutina, el trabajo, las mimas rutas y los mismos lugares, volviéndonos ajenos a lo que nos rodea. Lo percibimos cuando algún conocido de otro lado nos pide recomendaciones para conocer nuestra ciudad y después de mucho pensarlo, terminamos recurriendo a los lugares clásicos que encontramos en cualquier guía. ¿Por qué nos convertimos en extranjeros de nuestro propio hogar y cómo podemos cambiarlo?



Viajar sin viajar


Tendemos a creer que sólo somos viajeros y exploradores después de tomar un vuelo, un viaje en carretera o cuando no hablamos el mismo idioma que el de nuestro alrededor. La verdad es que podemos aprovechar esa visión de viajero, donde nos permitimos maravillarnos y explorar sin expectativas. Cuando miramos un lugar con esos ojos tenemos la oportunidad de conocerlo más a fondo, incluido nuestro hogar.


No importa donde vivamos, si es en una gran ciudad o en un pequeño poblado, siempre existirá algo nuevo que descubrir: en la naturaleza, una cafetería, una exposición temporal, o un nuevo lugar donde comer, porque más allá de conocerlo todo, podremos acercarnos a los espacios y los momento con otra mirada, una llena de curiosidad.


Redescubriendo la ciudad


Para redescubrir tu ciudad puedes intentar lo siguiente:


  1. ¿Qué lugares frecuenta la gente que no conoces? Es muy común que, al relacionarnos con las mismas personas, frecuentemos cierta cantidad de lugares. Usualmente vamos a los mismos restaurantes que nos gustan, esas cafeterías que nos quedan cerca, el mismo parque de siempre, y las mismas tiendas a las que van todos nuestros amigos. Esto puede limitarnos a conocer nuevos lugares. Cuando viajamos un consejo muy útil es acercarnos a la gente local y preguntarles por su lugar de comida favorito o el museo que más les gusta visitar. Como locales, ¡también podemos hacerlo! Únicamente hay que acercarnos a alguien que no frecuente nuestro mismo círculo social, para no permanecer en los mismos espacios que ya conocemos.

  2. Sé un turista. Aunque los tours abarcan los lugares más conocidos de las ciudades, hay muchas joyas escondidas que son parte de la historia del lugar, pero que no son tan comunes. También muchas veces los lugares más significativos de una ciudad son lo primero que pasamos por alto, sabemos de ellos, de su existencia, pero omitimos visitarlos por una u otra razón. Los tours gratis, no los comerciales, usualmente son dirigidos por historiadores entusiastas que pueden contarte muchos más secretos de la ciudad de los que un libro de historia puede. Además, no hay mejor situación para ver las cosas con otra mirada que los lugares cotidianos.

  3. Sal de tus mismas zonas. Así como nos sucede con salir con un mismo grupo de personas que tienen nuestros mismo gustos y costumbres, permanecer en las mismas colonias disminuye la posibilidad de conocer más allá. Explora otros lugares, otros espacios, esa colonia que no conoces y por la cual nunca has pasado. Hay mucho más allá de lo que nos rodea.

  4. Camina y explora nuevas rutas. Caminar es la mejor manera de conocer y explorar, no importa si estás en tu ciudad o en otro país. Mientras caminamos podemos observar con mayor detenimiento, no hay razón por la que no podamos entrar a un espacio que nos llamó la atención, y podemos encontrar lugares que en auto no podríamos saber que existen. Una manera muy sencilla de redescubrir nuestra ciudad es tomar nuevas rutas. Si caminas al trabajo o a la escuela por el mismo camino todos los días, busca alternativas que te lleven por otras calles. En ocasiones nos perdemos de espacios sólo por ir en la calle contraria.

Cuando nos permitimos viajar sin viajar un fin de semana, o un par de días al mes, podemos descubrir partes de nuestro hogar y de nosotros mismos que de otra forma pasaríamos por alto. Al final, viajar es conocer.

bottom of page