En la calle de Venustiano Carranza, a unas cuadras del Centro Histórico de la Ciudad de México, se alza Umbral, el hotel del grupo Hilton que rescató un edificio que nos llama para que nos acerquemos. Su arquitectura nos transporta al México de inicios del siglo XX, ese diseño atemporal que rodea a los grandes edificios de la ciudad.
Si hay algo que nos encanta de Umbral es que además de rescatar un edificio con valor histórico y arquitectónico, el hotel está creado con el trabajo creado por proyectos mexicanos. Desde todos los elementos que lo conforman, Umbral es mexicano en todas sus esquinas.
Al entrar al hotel iniciamos un recorrido entre los distintos espacios que van construyendo una atmósfera única. Al llegar a nuestra habitación, el buffer, o cámara amortiguadora, nos recibe en total oscuridad y nos llena de incertidumbre y expectativa. Los marcos de latón en las puertas son un signature de Umbral que nos transporta entre espacios, a través de él alcanzamos una habitación llena de calma.
Entre las historias del pasado y la imagen del presente, Umbral es un hotel atemporal que nos transporta a un nuevo espacio.
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